sábado, 13 de febrero de 2016

Carta a los diputados de ARENA: Sobre valores y educación

Ustedes acaban de prestar sus votos a una iniciativa legislativa de GANA que promete restablecer en la juventud salvadoreña el orden y el respeto a las leyes y los valores. Además, como se trata de resolver una emergencia nacional, ¡con dispensa de trámite! O sea: sin perder tiempo con mucho análisis y debate.

El logro de esta gran coalición conservadora: Si el Presidente no veta este decreto, el Ministerio de Educación tendrá que incluir en los programas de estudios de todas las escuela una materia llamada “Moral, urbanismo y cívica”. Para mucha gente esta idea suena bien (¿quién puede estar en contra de enseñarle a los niños moral?),  pero que es absolutamente inútil.

Es una ilusión que los jóvenes van a adquirir valores, respeto y coraje cívico (y por tanto ser inmunes contra drogas, delincuencia y violencia), porque van a cursar una materia de “moral” donde les obligan a escuchar sermones. Además, sermones de profesores mal preparados, y que a la vez, muchas veces, son malos ejemplos en cuanto a moral y valores cívicos.

Para inmunizar a los niños y jóvenes contra la delincuencia y la violencia para desarrollar su potencial creativo, deportivo, técnico o científico. Los que van a actuar como ciudadanos no son jóvenes que en la sociedad encuentran oportunidades de superación profesional o académico, porque la escuela los preparó para esto.

Hay que invertir miles de millones (literalmente) para que las escuelas produzcan  buenos deportistas, buenos artistas, buenos técnicos, buenos emprendedores, buenos trabajadores. Ellos serían el dique de prevención contra la violencia y la delincuencia, no unos expertos en moral o religión.

¿En serio creen que con esta materia obligatoria se puede transmitir valores? Hay que reforzar las materias de historia y ciencias sociales, para que los jóvenes entiendan a analizar, a pensar y expresarse críticamente. Hay que reforzar el deporte, porque produce jóvenes con autoestima y disciplina, no predicando valores, sino practicándolos.

Entonces, estimados amigos diputados de ARENA: Dejen estas recetas conservadoras e inútiles a GANA. Da pena ajena verlos a ustedes haciéndole caso a este populismo de derecha. ¿Acaso están contentos de haber logrado, al fin, una alianza amplia de derecha, con 50 votos? No me jodan: Traten de conseguir los 50 votos donde sí aprieta el zapato: para rechazar la reforma de pensiones, para rechazar leyes de mordaza, para aprobar una ley de responsabilidad fiscal.

Los de GANA, siempre cuando hay algo importante en la agenda, votan con el gobierno del FMLN. Y de repente tratan de lavarse de cara y proyectarse como oposición y defensores de los valores conservadores, y ustedes, en vez de dejarlos hablar solos, los apoyan.

Espero que el Presidente vete este decreto inútil y contraproducente. Y que en algún momento logremos enfocar bien el problema de la calidad educativa. Quisiera ver a ustedes en primera línea en este debate, y no en pendejadas populistas como lo que acaban de aprobar con GANA.

Saludos,
 e2b99-firma-paolo
 (Mas!/El Diario de Hoy)

 





jueves, 11 de febrero de 2016

Columna transversal: Detrás del gran robo, una gran confusión

El hecho que el gobierno tiene al país por medio año en una discusión permanente sobre el futuro de las pensiones, pero hasta la fecha jamás ha dicho claramente lo que quiere hacer con su reforma, es una aberración. Por falta de elementos concretos y técnicos, la discusión automáticamente de desliza al campo ideológico.
Y comienza una especie de guerra religiosa entre la secta que hace culto a lo estatal y la otra que idolatra todo lo privado. Obviamente, así nunca llegaremos a un acuerdo  sobre el problema de las pensiones. Tal vez esta sea la intención: imposibilitar acuerdos para preparar el asalto.

Este tema, o se discute de manera técnica, con números, o se habla paja. El gobierno, en vez de invitar a los mejores expertos en sistemas previsionales (tanto nacionales como internacionales) a una mesa técnica, provoca una discusión donde se movilizan todos los miedos (fundados e infundados) de los cotizantes, y todos los resentimientos que en la sociedad existen sobre el tema.

Todo indica que detrás de esta cortina de humo de una discusión irracional, que además crea la sensación de una gran crisis y las correspondientes miedos existenciales, de repente intentarán pasar por la Asamblea una reforma inconsulta. Todo indica que el verdadero interés (y la urgencia) no es resolver a largo plazo el sistema de pensiones, sino sanar a corto plazo un problema fiscal que el gobierno ya no sabe enfrentar de otra manera. O sea, pasar al gobierno los fondos ya ahorrados en el sistema privado de pensiones, reflejados en cuentas personalizadas de cada cotizante – e igualmente buena parte de las futuras cotizaciones. Etas mes entrarían al gobierno y le resolverían su problema de flujo de efectivo.

La única manera de evitar esto y las subsiguientes tensiones políticas y sociales que causaría este nacionalización disfrazada, es el análisis técnico, libre de prejuicios ideológicos y pretextos políticos. Para esto se necesita crear una mesa técnica con participación de gobierno, empresa privada, sindicatos y expertos.

Lo primero que tendría que hacer una mesa técnica es separar limpiamente el problema de las pensiones del problema fiscal del gobierno. Son dos cosas que no se deben mezclar. O sea, una reforma de pensiones hecha con la intención (y necesidad urgente) de resolver el problema fiscal del gobierno está condenada a fracasar.

Pero hay que hacer otra separación, con todo rigor técnico: una cosa es ver como mejoramos y hacemos sostenible el sistema ahorros de pensiones, para que al final salgan las pensiones más altas posibles. Este problema tiene que ver con la administración de los fondos de pensiones, con la edad de jubilación, y con el calculo correcto y justo de las cotizaciones mensuales.

Otra cosa es lo que el gobierno llama ‘pensión universal’. Esta idea de que el Estado  garantice a cada ciudadano que a cierta edad reciba una pensión, independientemente si ha cotizado y cuánto ha cotizado, no es asunto del sistema de pensiones. Ninguna reforma al sistema de pensiones puede lograr esto. Es un asunto de política social. En mi criterio, de paso sea dicho, un asunto legítimo. Pero hay que tener claro que esto jamás se puede financiar de los fondos de ahorros de pensiones, esto es un proyecto social que tiene que financiarse con impuestos. En este modelo todo ciudadano que no ha cotizado suficiente para aspirar a una pensión digna, sea porque no ha trabajado suficientes años, o porque no ha tenido suficientes ingresos, tendrá derecho a una pensión mínima financiado por la sociedad en su total. O sea, no por los cotizantes del sistema de pensiones, sino por los contribuyentes de impuestos. Si estamos dispuestos a pagar unos puntos adicionales de IVA, dedicados a financiar esta pensión estatal universal, sería un enorme avance. Yo personalmente estoy a favor de una política de este tipo.

Lo que no se puede hacer es mezclar est pensión estatal con el sistema de ahorro de pensiones. Este sistema, bien administrado y sin tener que subsidiar al gobierno, podrá garantizar que quien cotiza toda su vida, al final tendría una pensión digna. Pero no puede subsidiar la pensión de los sectores (ahora mayoritarios) que o son informales, o trabajan en alguna forma de subempleo. A esto tiene que responder la sociedad entera, con impuestos.

Sobre estos dos sistemas hay que instalar mesas técnicas, para llegar a soluciones técnicas.

Y sobre el otro problema, la crisis fiscal del país creada por los últimos tres gobiernos, también urge una discusión más técnica y menos ideologizada. Pero por favor, separada de la reforma del sistema de pensiones.

(El Diario de Hoy) 

miércoles, 10 de febrero de 2016

Carta a Mauricio Funes: Ojala tenga el juicio justo que usted negó a Paco Flores

Por más satisfación que me causa saber que usted va a ir a juicio por enriquecimiento ilícito, no voy a caer en la trampa que usted mismo nos tendió: la de la cadena de venganza; la del juicio mediático que lleva a condena anticipada e impide un juicio justo en la corte.

Usted nos tendió esta trampa con sus campañas, orquestadas desde la cúspide del poder y con los recursos de Casa Presidencial, contra don Billy Sol Bang y contra Francisco Flores. Y la mitad del país cayó en la trampa y condenó, mucho antes de que los jueces hablaran, a los acusados por usted.

Antes de caer, ahora que usted es el acusado, en el mismo error, haré caso a las palabras con las cuales otro expresidente de la República mucho más sabio que usted, Alfredo Cristiani, reaccionó a la trágica muerte de Paco Flores: “Ningún ser humano, independientemente de los errores que pueda cometer, debe ser destruido en su humanidad. Si es culpable, debe responder ante la ley y merece un juicio justo. Si no es culpable y esto se demuesyra ante la ley, merece ser tratado como inocente. En ambos casos merece respeto.”

Quienes aplaudimos a don Freddy por haber dicho estas palabras de cordura en un momento (la muerte de Paco Flores) que más bien provocaba emociones, resentimientos, desesos de venganza, ahora no podemos hacer lo contrario.

Así como don Billy salió del juzgado hombre libre e inocente; así como Francisco Flores murió hombre inocente, porque nunca fue vencido en juicio; así como hay que decir que los militares perseguidos hoy por la PNC no pueden ser considerados culpables, solo porque los acusa un juez español, el Procurador de Derechos Humanos de El Salvador y unas cuantas ONG internacionales que de esto hacen su vida… así, aplicando el mismo principio de la presunción de inocencia, hay que respetarle a usted el derecho de defenderse y de tener un juicio justo sin precondenas.

El hecho que usted nunca les ha mostrado este respeto ni a don Billy, ni a Paco Flores, ni a Jorge Nieto (ni a quien escribe estas líneas), nos da la tentación, pero no el derecho, de tratarlo igual. O conseguimos justicia o conseguimos revancha. Son incompatibles. 

Podemos estar satisfechos e incluso celebrar que usted enfrentará su juicio. Pero que sea un juicio justo, sin la precondena política-mediática que usted lanzó contra Paco Flores. Quienes realmente queremos buscar justicia, no lo vamos a tratar de la misma manera como usted, desde el poder de la presidencia, acusó y al mismo tiempo precondenó a ciudadanos. Porque el daño que en el caso de Paco Flores hicieron el juicio parelelo y la precondena política y mediática no solo fue a la persona, que al final quedó destruida, sino también al país.

Cito nuevamente a Alfredo Cristiani: “Todos deseamos que se haga justicia por los delitos que puede haber cemetido cualquier ciudadano, especialmente aquellos que ostentan cargos públicos. Esto incluye aquellos cometidos por personas que sospechamos han utilizado el Estado para desatar la campaña de condena mediática y destrucción moral del expresidente Flores. Pero no debemos permitir que las instituciones del Estado sean utlizadas para la destrucción de su dignidad o para atropellar sus derechos. Que el expresidsente Flores sea el último caso de venganza política en nuestro país.”

Usted tiene suerte que este país tiene líderes como don Freddy quienes en el momento preciso tengan el valor de decir las palabras apropiadas y no las que la calle quiere escuchar. Y ojo: las dijo impactado por la muerte de Paco Flores, pero pensando en usted.

Sin nada que agregar,
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(Mas!/El Diario de Hoy)

martes, 9 de febrero de 2016

Carta al presidente sobre ‘terrorismo mediático’

Estimado Salvador Sánchez Cerén:
El lenguaje, los términos que se escogen, le traicionan a uno y revelan lo que realmente piensa. “Analicen el lenguaje de los poderosos, y detectarán sus más ocultas intenciones”, nos dijo Walter Höllerer, poeta, novelista, y mi profesor de literatura en la Universidad Técnica de Berlin. Nos puso a analizar discursos para entender historia, política e ideología. Para el oficio de la crítica política, esta metodología resulta un instrumento ideal.


Usted, presidente, acusó a Jorge Daboub, presidente de ANEP, de “terrorista mediático”.

Aquí la transcripción, en el marco de su reality show ‘Gobernando con la Gente’ en San Miguel: ”¿Saben lo que son los escopeteros? Que tiran, tiran, tiran, tiran. Y ya no le bastó eso, sino que ahora se ha vuelto un terrorista mediático porque a través de la información al pueblo ha jugado con el miedo de la gente y de los pensionados... hoy sale este señor Jorge Daboub engañando a la gente."

Y para mostrar que este lenguaje no fue un desliz al calor de un meeting partidario, la oficializó en twitter, en su cuenta oficial: “El señor Jorge Daboub ha pasado de escopetero a terrorista mediático...”

Analicemos el concepto de ‘terrorismo mediático’. Si una persona o un sector político opta por la palabra como su arma, sin ni siquiera considerar usar la violencia para sus fines políticos, esta actitud jamás puede ser considerada ‘terrorista’. El término de terrorismo, por definición, incluye la violencia, el terror provocado por la violencia. Por más ofensiva que sea la palabra, nunca puede constituir terrorismo. La única manera de justificar el término ‘terrorismo mediático’ sería el uso de medios para difundir y propagar actos de violencia, así como lo hace ISIS con sus videos sobre decapitaciones. Pero esto no es el caso de ANEP y de Jorge Daboub. Ellos usan la palabra y su difusión como arma en una disputa política pacífica.

El hecho que usted, como presidente de la Republica, considera esto ‘terrorismo mediático’ revela varias cosas: primero, su profundo desprecio a la libertad de expresión, siempre cuando sea ejercida por su enemigo de clase; segundo, su disposición y deseo de sancionar a esta crítica: uno no clasifica de ‘terrorismo’ algo que no está dispuesto de sancionar, reprimir, erradicar. Hacerlo o no es una cuestión de correlación de fuerza y de conveniencia - por esta razón no procede en el momento, pero su lenguaje traiciona y revela su concepción ideológica: Usted está convencido que el gobierno, si las fuerzas ‘del cambio’ tuvieran la fuerza necesaria, tiene derecho de sancionar este ‘terrorismo mediático’, así como sus correligionarios han hecho en Cuba, en Venezuela, en Nicaragua, en Bolivia, en Argentina y en Ecuador – cada uno a su manera, cerrando periódicos y canales de TV; enjuiciando a periodistas y otros críticos del gobierno.

De paso sea dicho: de las entrañas del Socialismo del Siglo 21 surgió el término del ‘terrorismo mediático’. Coincide con la idea que las ‘clases dominantes’, así como en el pasado usaron las Fuerzas Armadas y los escuadrones de muerte para ejercer su dominio, hoy usan los medios de comunicación.

Todo esto, estimado señor presidente, va implícito cuando usted se para enfrente de sus más fervientes seguidores en su reality show presidencial y habla de ‘escopeteros’ y ‘terroristas mediáticos’, refiriéndose a quienes critican su intento de sanear las finanzas del gobierno con una reforma de pensiones expropiatoria.

Irónicamente, los ‘terroristas mediáticos’ son los mismos que hace pocos día usted invitó a reanudar el diálogo con su gobierno. ¿Así que usted va a negociar con terroristas? ¿O era paja lo del diálogo?

Presidente, reflexione: Quienes usan la palabra y su difusión como arma política, sin considerar en lo más mínimo el uso de armas de fuego y otras formas de violencia, no pueden ser terroristas. Y el gobierno que así los considera demuestra que no acepta el juego democrático de oposición y libertad de expresión.

Saludos, Paolo Luers


domingo, 7 de febrero de 2016

¡Washington, ordene!

El día jueves 4 de febrero Kimberly Swank, jueza federal en South Carolina, autorizó al gobierno de Estados Unidos proceder con la extradición del coronel Inocente Montano a España. Montano es uno de 18 militares salvadoreños requeridos por la Audiencia Nacional de España para enfrentar juicio por el asesinato de los jesuitas en noviembre del 1989.

El día viernes 5 de febrero, cuando este fallo se conoce en El Salvador, la PNC lanza un operativo para arrestar a los 17 militares acusados en España que supuestamente se encuentran en el país. Esta misma noche se capturan a 4 de ellos.

El sábado 6 der febrero, el presidente de la República, en el marco de su reality show ‘Gobernando con la Gente’, dice que la “captura de militares acusados por caso jesuitas es por compromiso de gobierno a respetar normas internacionales. La PNC ha cumplido con deber de acuerdo a difusión roja.”

Si Salvador Sánchez Cerén aplicó esta lógica para ordenar la captura de los militares, tendrá que explicar porqué los dos gobiernos del FMLN (el primero, donde él fue vicepresidente, y el presidido por él) no han cumplido su “compromiso con normas internacionales” durante 5 años – porque la orden de captura emitida por España y la subsiguiente difusión roja de Interpol existen desde el 2011. Si lo que hoy dice el presidente es su verdadero criterio, tendrían que haber ejecutado la difusión roja en el 2011, en el 2012, en el 2103, en el 2014 o en el 2015.

No es que en enero del 2016 haya llegado a las autoridades salvadoreñas una nueva orden de captura o una nueva difusión roja. No, es la misma que existe desde el 2011. Las ordenes de captura no vencen, no se repiten cada rato. Son vigentes hasta que el acusado esté apresado o muerto.

¿Qué ha cambiado entonces desde el 2011, que ahora puede haber movido a Salvador Sánchez Cerén a ordenar la captura que ni Funes ni él autorizaron entre el 2011 y el 2015?

¿El hecho que el juez español mandara una nota recordatoria? Improbable, porque no tiene ninguna fuerza.

¿El hecho que en los últimos meses haya cambiado la correlación de fuerza en la Corte Plena de Justicia? Tal vez, aunque la situación legal sigue siendo la misma: Cuando se cometió el delito (en 1989) no existía convenio de extradición con España; y tampoco existía la definición internacional de ‘crímenes de lesa humanidad’ ni el estatuto de Roma que dicta que estos crímenes no prescriben y no pueden ser sujetos de amnistías. Así que el crimen contra los padres jesuitas, cometido en 1989, no aplica nada de esto, por tanto no hay base jurídica para la extradición.

Lo único que realmente ha cambiado, paulatinamente hasta llegar a una nueva práctica política y jurídica, es la posición del gobierno de Estados Unidos de América. La administración Obama ha promovido, con éxito, juicios en diferentes cortes, contra ex militares salvadoreños residentes en Estados Unidos. Dos ex ministros de defensa, los generales Eugenio Vides Casanova y Guillermo García, ha sido deportados a El Salvador por su rol en la puesta en práctica de los planes de contrainsurgencia de Estados Unidos. Y el coronel Inocente Montano, será deportado a España, por solicitud de la administración Obama.

O sea, lo nuevo es que Estados Unidos les está dando en la nuca a sus fieles aliados en el tiempo de la guerra fría, y en particular a los militares salvadoreños. No solo dejan de proteger a sus ex aliados, sino los echan a los leones. El proceso que la Audiencia Nacional española quiere hacer en el caso Jesuitas, necesitaba de por lo menos un acusado – y los gringos se van a encargar de mandárselo: el coronel Montano.

Siempre se hablaba de que “la revolución come sus hijos”. Hoy vemos una nueva  versión de esta historia vergonzante: “La contrarrevolución entrega a sus hijos.”

Pero lo realmente nuevo es que el gobierno del FMLN, presidido por su ex-comandante Sánchez Cerén, acata fielmente este giro en la política norteamericana. Luego de no hacer caso a las ordenes de captura españoles y la difusión roja de Interpol por 5 (!) años, el día que se conoce la decisión gringa de extraditar al coronel Montano a España, el gobierno salvadoreño se cuadro y dice: A sus órdenes. Porque el gobierno salvadoreño no hace caso a España, pero sí a Estados Unidos.

Es irónico: La persecución de estos militares  surge de la necedad de algunas organizaciones de Derechos Humanos viven de la explotación del resentimiento; de la lucha de la Audiencia Nacional por defender sus privilegios; y del deseo hipócrita  de Estados Unidos de desvincularse de sus pecados imperiales. Definititivamente no es la sociedad salvadoreña que necesita castigar a los militares y así provocar nuevas (viejas) cadenas de venganza. 

(El Diario de Hoy)